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Abono ideal para el césped natural

El abono es uno de los pilares básicos de mantenimiento de césped natural, al igual que el riego y la siega. A la hora de abonar debemos elegir aquellos nutrientes que mejor le vayan al césped natural.

En primer lugar, veamos los diferentes tipos de abonos que existen. Por un lado, están los abonos simples que son los que está compuesto por un único nutriente (o bien nitrógeno, o bien fósforo o bien potasio). Por otro lado, los abonos compuestos son aquellos que tienen de forma conjunta dos de los fertilizantes citados. Dentro de estos últimos, podemos subdividirlo en abonos complejos y abonos de mezcla.

Los abonos de mezcla son mezclas físicas de materias primas, sin reacción química. Esto quiere decir que cada gránulo contiene un nutriente. Pues en un saco se encuentra la mezcla de los diferentes nutrientes. A diferencia de los abonos complejos, éstos se obtienen a través de reacción química. La diferencia reside que en los abonos complejos cada gránulo está formado por 2 o 3 nutrientes.

Abono ideal para césped natural
Abono ideal para césped natural

Desde Tepes Julián recomendamos la aplicación en el césped natural de un abono complejo con un NPK 12-11-18. Las ventajas de este tipo de abono son los siguientes:

  • Son más resistentes a la abrasión y a la formación de polvo.
  • Reducir costes secundarios como el transporte y distribución por trabajar con menores cantidades de producto.
  • Cada gránulo contiene los tres nutrientes, facilitando el aprovechamiento hacia la planta.
  • Permiten una distribución uniforme y un mejor aprovechamiento.
  • Evita la separación de los componentes durante la aplicación, el transporte o el almacenaje.

Además, en el mercado de fertilizantes NPK existe una amplia y variada oferta de productos de diferentes fabricantes e importadores. Existen los NPK tipo 1 en el que todos sus nutrientes son asimilables por las plantas y, por otro lado,  los NPK tipo 2 donde el fósforo que contiene es insoluble. Muchos fabricantes ofertan abonos complejos tipo 2 a un precio algo más barato cuando no tiene nada que ver con el tipo 1. Y luego afectará en la supervivencia del césped. Por tanto, no dude en nutrir al terreno de un buen abono porque se ahorra tiempo y dinero.

Biodiversidad y sostenibilidad: Jardinería ecológica

Se puede definir la biodiversidad como “la variabilidad de organismos vivos de todas las clases, incluida la diversidad dentro de las especies, entre las especies y de los ecosistemas”. La población, en general, es la encargada de conservarla para que sea sostenible en el tiempo. Para ello es importante la concienciación de las personas mediante la educación en las aulas, cursos de ecología, etc.

El cambio de mentalidad va introduciéndose poco a poco en la sociedad, cada vez se habla más del cambio climático y de las consecuencias negativas que ello produce. Por tanto, las personas intentan cuidar el medio ambiente a través de productos reciclados, productos ecológicos… Todo ello produce un impacto positivo medioambiental. De esta forma, la sostenibilidad estará garantizada.

En lo que nos respecta al césped natural, el mantenimiento de estos jardines se pueden realizar con productos ecológicos y, así, disponer de espacios verdes sostenibles y eco responsables. Por tanto, estos jardines, el cuidado de los tepes de césped natural, de las plantas, árboles, etc. nos hacen que fomentemos la biodiversidad.

Biodiversidad: Jardinería ecológica
Biodiversidad: Jardinería ecológica

¿Qué hacer para mantener una jardinería ecológica?

Como ya hemos citado anteriormente, la biodiversidad es una fuente ilimitada de recursos. La principal ventaja que tiene es que ayuda al bienestar de las personas.

Por otra parte, la protección de la tierra contribuye a reciclar materia orgánica de una forma beneficiosa. Incorporar césped cortado, restos de podas… atrae la biodiversidad, además de proteger el suelo de los rayos de sol.

El riego es otro de los elementos que tenemos que gestionar de manera eficiente. Esto se consigue a través de la instalación de aspersores o difusores. Para nada se recomienda regar con manguera porque el despilfarro será mayor.

Por último, existen fertilizantes naturales que contribuyen positivamente con el medio ambiente que tienen las mismas cualidades que otros que sean químicos. Además, podemos elaborar nosotros mismos el compost porque no es otra cosa que transformar la materia orgánica.

En definitiva, la jardinería ecológica persigue tanto la salud de las personas como del medio ambiente, así como utilizar técnicas naturales con el consiguiente ahorro de coste.

Tipos de riego: Aspersión y difusores

El riego, junto con el abono y la siega, es la tarea más importante para un correcto mantenimiento de césped natural. Este tipo de planta ornamental es importante que esté siempre humedecida para mantener el césped con sus cualidades: color verde intenso, agradable al tacto.

La gestión del riego es importante tanto para el medio ambiente como para nuestro bolsillo. No se debe regar de forma excesiva porque provocaría encharcamientos y, en consecuencia, enfermedades y hongos, tampoco porque el suelo quedaría compacto y no recibiría oxígeno y moriría por asfixia. Otra de las causas por las que no se debe regar en abundancia es porque podría disolver rápidamente los nutrientes que aportemos en cuanto al abono.

Por otra parte, no se debe regar poco debido a que provocarían la muerte ante la escasez de agua. Si el césped se le ve de un tono pálido puede ser debido por falta de abono y agua. El color verde grisáceo es el primer indicio de la falta de agua. Si se trata de forma rápida, podría volver a crecer.

Tipos de riego
Tipos de riego

En cuanto a la formar de regar, los profesionales no aconsejan hacerlo con manguera, a no ser que sea porque es un terreno de pequeñas dimensiones. El motivo reside en que el agua no cae de manera por igual en todo el jardín y podría haber zonas que se podrían marchitar. Así, los métodos más habituales es la instalación de un riego automático por aspersores o difusores. Hay que tener en cuenta, aunque es una obviedad, que cuando haya lluvias se debe regar menos, que las zonas de sombra requieren menos agua o, incluso, cuando el césped esté algo largo.

Por último, en los meses de primavera, dependiendo de las precipitaciones, habría que regar un riego diario (en condiciones normales). En verano habría que aumentar a dos riegos diarios (excepto en la primera semana de instalación de los tepes de césped natural, que serán de 3 riegos). En otoño e invierno, prácticamente no habría que hacer ningún riego porque suelen haber lluvias generalizadas. De no ser así, habría que dar un riego cada 10 días.