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Herbicidas frente a las malas hierbas

Los herbicidas a aplicar frente a las malas hierbas. Consejos sobre la aplicación de productos fitosanitarios como es el caso de los herbicidas.

Las malezas son hierbas que crecen en un lugar donde se ha plantado otro tipo de semillas. Tiene una gran rivalidad porque luchan por el agua, el sol y cualquier otro nutriente.  Así, estas malas hierbas pueden eliminarse a través de herbicidas que son eficaces para ello. Hay que cuidar el jardín y aplicar estos productos fitosanitarios para la eliminación de estas malezas.

Herbicidas frente a las malas hierbas
Herbicidas frente a las malas hierbas

Los herbicidas son productos tóxicos y por ello, hay que seguir unos consejos sobre su uso y aplicación:

  1. Hay que aplicar una cantidad que nos indique las instrucciones de uso. En caso contrario, podría dañar al césped natural.
  2. Mantener alejados de los niños y, en consecuencia, guardarlo en un lugar seguro y separado por materiales.
  3. Cuanta más alta sea la hoja, mayor será el efecto.
  4. No realizar la siega ni antes ni después de aplicar los herbicidas.
  5. Aplicar los tratamientos con un tiempo tranquilo, es decir, que no haya vientos ni llueva. Además, algunos tratamientos requiere que se apliquen entre intervalos de temperatura y, por consiguiente, ha de hacer durante la noche (sobre todo en verano).
  6. Elegir aquel herbicida que elimine la mala hierba en cuestión y, por tanto, que no afecte a la planta sembrada.
  7. Usar adecuadamente indumentaria apta para ello como mascarillas, uniforme, guantes…
  8. Limpiar tantos la ropa e indumentaria como la maquinaria utilizada para ello.
  9. En caso de haber sembrado césped natural, no aplicar el herbicida en un primer momento. Hay que esperar a que pase un tiempo.
  10. Aplicar cuanto antes, es decir, es mejor aplicar el herbicida cuanto más joven sea la hierba para que no crezca y se desarrolle.

En definitiva, lea las instrucciones de uso y consulte con los fabricantes en caso de tener cualquier tipo de duda.

 

 

Aireación y escarificación del césped natural

Mantenimiento del césped natural a través de la aireación y escarificación del césped natural. Maquinaria a utilizar para la aireación y escarificación del terreno.

El mantenimiento del jardín es fundamental para mantener el césped natural en óptimas condiciones de uso y disfrute. Para ello, en otras publicaciones hemos hablado de la siega, abono y riego como los tres pilares fundamental para un buen mantenimiento.

Ahora bien, vamos a dar un paso más allá y vamos a realizar las tareas de aireación y escarificación. Ambas técnicas son usadas por las mayorías de los profesionales durante los meses de primavera y otoño; son los momentos ideales para realizar estas actividades.

Tanto la aireación como escarificación permiten absorber el agua y los nutrientes fácilmente y, en consecuencia, oxigena el suelo; porque lo que trata ambas prácticas es realizar pinchados en el terreno (aireación) y eliminar los residuos orgánicos (escarificación).

La maquinaria que se usa para realizar la aireación del terreno son: horcas de mano con varias púas que solemos utilizarlo en jardines muy pequeños, rulo con púas para superficies algo más grande y, por último, las aireadoras profesionales que suelen aplicarse para campos deportivos.

Aireación y escarificación del césped natural
Aireación y escarificación del césped natural

Por otro lado, existen diferentes tipos de máquinas para realizar la escarificación. Podemos disponer de:

  • Escarificador de mano para jardines inferiores de 50 metros cuadrados, en este caso podemos usar, también, un rastrillo, pero es más trabajoso.
  • Escarificador manual rotativo o mecanizado: para terrenos de entre 50 y 100 metros cuadrados.
  • Escarificador con motorización: para superficies mayores de 100 metros cuadrados y menores de 500 metros cuadrados.
  • Escarificador con motorización térmica: para superficies mayores de 500 metros cuadrados.

Una vez realizado ambas técnicas, es un buen momento para nutrir al terreno de un abono enraizante para, posteriormente, echar las semillas y el recebo (en caso de que queramos resemillar). Éste consiste en esparcir sobre la superficie una mezcla de mantillo mezclada con arena de río o tierra vegetal.

En resumen, para realizar un correcto mantenimiento y para que no se nos escape nada, la planificación sería la siguiente:

  1. Siega
  2. Aireación y escarificación
  3. Resiembra
  4. Recebo
  5. Abono
  6. Riego