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Biodiversidad y sostenibilidad: Jardinería ecológica

Se puede definir la biodiversidad como “la variabilidad de organismos vivos de todas las clases, incluida la diversidad dentro de las especies, entre las especies y de los ecosistemas”. La población, en general, es la encargada de conservarla para que sea sostenible en el tiempo. Para ello es importante la concienciación de las personas mediante la educación en las aulas, cursos de ecología, etc.

El cambio de mentalidad va introduciéndose poco a poco en la sociedad, cada vez se habla más del cambio climático y de las consecuencias negativas que ello produce. Por tanto, las personas intentan cuidar el medio ambiente a través de productos reciclados, productos ecológicos… Todo ello produce un impacto positivo medioambiental. De esta forma, la sostenibilidad estará garantizada.

En lo que nos respecta al césped natural, el mantenimiento de estos jardines se pueden realizar con productos ecológicos y, así, disponer de espacios verdes sostenibles y eco responsables. Por tanto, estos jardines, el cuidado de los tepes de césped natural, de las plantas, árboles, etc. nos hacen que fomentemos la biodiversidad.

Biodiversidad: Jardinería ecológica
Biodiversidad: Jardinería ecológica

¿Qué hacer para mantener una jardinería ecológica?

Como ya hemos citado anteriormente, la biodiversidad es una fuente ilimitada de recursos. La principal ventaja que tiene es que ayuda al bienestar de las personas.

Por otra parte, la protección de la tierra contribuye a reciclar materia orgánica de una forma beneficiosa. Incorporar césped cortado, restos de podas… atrae la biodiversidad, además de proteger el suelo de los rayos de sol.

El riego es otro de los elementos que tenemos que gestionar de manera eficiente. Esto se consigue a través de la instalación de aspersores o difusores. Para nada se recomienda regar con manguera porque el despilfarro será mayor.

Por último, existen fertilizantes naturales que contribuyen positivamente con el medio ambiente que tienen las mismas cualidades que otros que sean químicos. Además, podemos elaborar nosotros mismos el compost porque no es otra cosa que transformar la materia orgánica.

En definitiva, la jardinería ecológica persigue tanto la salud de las personas como del medio ambiente, así como utilizar técnicas naturales con el consiguiente ahorro de coste.

Tipos de riego: Aspersión y difusores

El riego, junto con el abono y la siega, es la tarea más importante para un correcto mantenimiento de césped natural. Este tipo de planta ornamental es importante que esté siempre humedecida para mantener el césped con sus cualidades: color verde intenso, agradable al tacto.

La gestión del riego es importante tanto para el medio ambiente como para nuestro bolsillo. No se debe regar de forma excesiva porque provocaría encharcamientos y, en consecuencia, enfermedades y hongos, tampoco porque el suelo quedaría compacto y no recibiría oxígeno y moriría por asfixia. Otra de las causas por las que no se debe regar en abundancia es porque podría disolver rápidamente los nutrientes que aportemos en cuanto al abono.

Por otra parte, no se debe regar poco debido a que provocarían la muerte ante la escasez de agua. Si el césped se le ve de un tono pálido puede ser debido por falta de abono y agua. El color verde grisáceo es el primer indicio de la falta de agua. Si se trata de forma rápida, podría volver a crecer.

Tipos de riego
Tipos de riego

En cuanto a la formar de regar, los profesionales no aconsejan hacerlo con manguera, a no ser que sea porque es un terreno de pequeñas dimensiones. El motivo reside en que el agua no cae de manera por igual en todo el jardín y podría haber zonas que se podrían marchitar. Así, los métodos más habituales es la instalación de un riego automático por aspersores o difusores. Hay que tener en cuenta, aunque es una obviedad, que cuando haya lluvias se debe regar menos, que las zonas de sombra requieren menos agua o, incluso, cuando el césped esté algo largo.

Por último, en los meses de primavera, dependiendo de las precipitaciones, habría que regar un riego diario (en condiciones normales). En verano habría que aumentar a dos riegos diarios (excepto en la primera semana de instalación de los tepes de césped natural, que serán de 3 riegos). En otoño e invierno, prácticamente no habría que hacer ningún riego porque suelen haber lluvias generalizadas. De no ser así, habría que dar un riego cada 10 días.

 

 

Funcionamiento de los sensores de lluvia

¿Cómo funcionan los sensores de lluvia? Ventajas para mantener un jardín sostenible gracias a los sensores de lluvia. Los sensores de lluvia es un aparato que se encarga de detener el riego automático cuando empieza a llover o de no iniciarse cuando está lloviendo. De esta forma, permite tener un jardín sostenible para el medio ambiente, a la misma vez el consecuente ahorro de dinero que esto conlleva, porque reacciona de forma rápida y permite ahorrar en el consumo de agua.

Las ventajas de estos sensores de lluvia son varias:

  • La despreocupación de estar pendiente del jardín es un aspecto positivo ya que si no te encuentras en casa, pues de manera automática se detienen los aspersores en caso de que haya precipitaciones como ocurre en los meses de otoño e invierno.
  • Ahorro en el consumo de agua y, por consiguiente, en la factura del agua.
  • Además, con estos accesorios estamos ayudando al medio ambiente para contribuir eficientemente con la naturaleza. Si mantenemos estas técnicas en un futuro, tendremos garantizado la sostenibilidad.

La fabricación de los sensores de lluvias se hace con materiales resistentes. Lo que pretende hacer estos sensores es regular el caudal del agua en un recipiente en el punto el cual se debe paralizar el riego de nuestro césped natural.

Funcionamiento de los sensores de lluvia
Funcionamiento de los sensores de lluvia

Su instalación es fácil y sencilla. Los sensores de lluvia están fabricados por materiales resistentes. Con ello se regula el punto de la cantidad de agua de lluvia que queremos que se detengan los aspersores, hasta unos límites.

Por otra parte, existen los pluviómetros manuales que nos informan de la cantidad de agua que ha caído en un espacio de tiempo. Esta medición la tenemos en cuenta para ver la cantidad de riego que le hace falta al césped natural. El inconveniente es que tenemos que preocuparnos del riego y echar los cálculos de la cantidad de tiempo de riego necesario.

Además de estos sensores de lluvia, existen otros sensores algo menos importantes para otro tipo de fenómeno atmosférico como son los sensores de caudal, sensores de viento, de humedad, de temperatura o de presión.

Por último, el supuesto inconveniente que puede tener los sensores de lluvia es el coste, que puede ser elevado. Sin embargo, en un periodo largo de tiempo podrá amortizarse por el ahorro de agua que ello supone.